Datos institucionales

Portada Aniversario

  • Instituto Superior de Fromación Docente y Técnico Profesional en Arte y Comunicación «Prof. Alberto Mario Crulcich»
  • Horarios de atención: de 8 a 12 hs. y de 16 a 22 hs. 
  • Dirección: Santa Fe e Irigoyen – La Rioja
  • Teléfono: 03804 439645
  • E-mail de consultas: ifdaclr@gmail.com
  • URL: http://ifdctayc.lrj.infd.edu.ar

       

                   Marco referencial para la formación docente en Educación Artística

 

 Reconocer que la educación es un proceso político, histórico y social es afirmar que encierra en sí la necesidad de la transformación; pero es también atribuirle un aspecto de conservación que otorga identidad, sentido y temporalidad a las prácticas educativas y a las propias instituciones que las enmarcan. De modo que se desarrollan en contextos socioculturales y políticos históricamente configurados.

 La presente actualización curricular de los Diseños para la formación docente en educación artística, vincula fundamentos conceptuales y experienciales en una configuración significativa, de carácter abierto y dinámico que obra como punto de partida. Este lejos de ser un texto neutro y estático, se trata de un marco, un punto de partida producto de una construcción colectiva y participativa y en las nuevas formas de producción y circulación de saberes.

 El currículo una vez en las aulas del profesorado se pretende que sea un instrumento de trabajo y de experimentación constante, algo vivo, inquietante y perturbador generador de nuevas

experiencias de aprendizaje. El curriculum debe ser también el medio en el que los sujetos implicados ejerciten la imaginación y la propia deliberación profesional, que surge del ejercicio éticamente responsable de la autonomía y de la actividad críticamente informada por un interés de entendimiento.

 En este documento se relacionan distintos conceptos cuya articulación constituye una postura epistémica respecto de la selección, organización, distribución y transmisión de conocimientos orientados a la transformación personal, institucional y social.

 Desde esta perspectiva nos abrimos a la función simbólica, en la que se fomenta la capacidad crítica para replantear concepciones tanto sobre la sociedad como sobre el conocimiento. La educación pública puede y debe desarrollar ese potencial crítico que permite analizar las nuevas situaciones sociales y culturales que se van creando en la contemporaneidad. Ese potencial crítico nos permite pensar, desde una actitud constructiva y esperanzadora, que la escuela está llamada a desempeñar funciones importantes en el desarrollo de la sociedad. Hoy el docente es un actor clave para reconstruir el sentido sociopolítico de la escuela pública y a la educación pública como política cultural, pero como proceso socialmente mediado por el conocimiento, supone la adquisición de nuevos códigos y prácticas discursivas e interacciones específicas, con conflictos y tensiones, que promueven giros de significados y sentidos en torno a los cuales surge la novedad y se desarrolla la identidad profesional; para no dejar las políticas culturales en manos del mercado ni de otros espacios corporativos.

 Para cumplir tales propósitos, desde su construcción y puesta en acto, este diseño posee potencialidad, para su recreación permanente, en una dialéctica constante entre el trabajo pedagógico y los contextos en los que el mismo se materializa. Esta dinámica implica un proceso que articula contextualización y especificación curricular, que lleva a niveles sucesivos o crecientes de especificación a medida del acercamiento a la relación pedagógica en el aula o en los contextos en que esta se desarrolle.

 Desde esta perspectiva se aborda la formación de profesores en los diferentes lenguajes artísticos, haciéndolos tomar contacto e impulsando el trabajo que permita el conocimiento, la producción, el análisis, la reflexión y el disfrute de los bienes artísticos y culturales.

 De este modo, consideramos que partir de una Educación Social como marco teórico para las intervenciones en los procesos de enseñanza y aprendizaje del arte en sus diferentes expresiones, de los futuros formadores, proporciona un marco teórico que posibilita:

 

  • • La incorporación del sujeto de la educación a la diversidad de las redes Sociales, entendida como el desarrollo de la sociabilidad y la circulación social.

 

  • • La promoción cultural y social, entendida como apertura a nuevas posibilidades para el conocimiento y la adquisición de bienes culturales, que amplíen las perspectivas educativas, laborales, de ocio y participación social.

Con ello se otorga la posibilidad de construir nuevos sentidos a la tarea de educar hoy, para recuperar la noción de Transmisión cultural, puesto que esta cuestión se constituye en el núcleo de la problemática educativa, y hasta excede los límites de lo escolar (Graciela Frigerio-Gabriela Diker. 2004), debiendo tener en cuenta:

 

  • Las transformaciones sociales y culturales aceleradas. Que generan un marco de referencia inestable.

 

  • Debates acerca de propósitos educativos con demandas múltiples y cambiantes.

 

  • El abandono del paradigma conductista

 

  • Cambios en la población estudiantil que ingresa a la docencia.

 

 

 

                                    Fundamentación de la Propuesta Curricular

 

La actualización de la propuesta curricular del presente Diseño, se asienta en criterios de organización, selección y secuenciación de contenidos, que posibiliten la formación de un docente de arte, que se apropie de los conocimientos específicos del lenguaje artístico, como un saber que opera desde sus procedimientos disciplinares particulares: la percepción, la interpretación, la producción y la creación que, a su vez, se enmarcan y se entraman con contenidos filosóficos, sociológicos, psicológicos, pedagógicos y didácticos.

 De este modo los alcances curriculares del recorrido formativo, ayudan a configurar una visión crítica de la realidad social y cultural, y participar en la búsqueda de nuevos modos de hacer arte en la escuela u otros ámbitos, generando condiciones propicias para los procesos de transmisión y producción de conocimiento en torno a la enseñanza y el aprendizaje artístico.

 Esto supone, pensar la Formación Docente Inicial que ponga en juego diversas relaciones significativas, diversas poéticas, diversas destrezas técnicas, profundizadas en la concepción de que el docente de arte debe disfrutar del arte a fin de no perder la posibilidad de emocionarse, de reflexionar, de desafiarse articulando sus propias representaciones deseadas y asumidas en la acción compleja de qué enseñar, para qué enseñar y cómo enseñar.

 Desde este paradigma, se busca proponer lineamientos curriculares, que posibiliten fortalecer estas prácticas de formación docente implica pensar el lugar de los sujetos en la configuración de los procesos educativos y reconocer la fuerza de la intersubjetividad puesta en juego en redes de experiencias, saberes, historias, deseos y resistencias constituidas en cada espacio formativo. Con ello, se busca consolidar ámbitos democráticos, solidarios y cooperativos de encuentro con otros.

 Parte de la concepción acerca de los sujetos y del vínculo con el arte y con el conocimiento que define el curriculum, la institución formadora y cada docente en el espacio del aula, habilita el desarrollo de determinadas prácticas, perspectivas u horizontes formativos. Esta propuesta

 formativa incluyente, para conocer y comprender quiénes son los estudiantes que acceden a las carreras de Nivel Superior, contemplando su singularidad, su recorrido educativo, artístico y social. Se propone un trayecto formativo que considera a los estudiantes, jóvenes y adultos como portadores de saberes, de cultura, de experiencias sobre sí y sobre la docencia. Como sostiene Gloria Edelstein: “Se trata de promover una relación crítica, reflexiva, interrogativa, sistemática y comprometida con el conocimiento, que permita involucrarse activamente en la internalización de un campo u objeto de estudio, entender su lógica, sus fundamentos y que obre de soporte para objetivar las huellas de sus trayectorias escolares, para tomar decisiones, proyectar y diseñar propuestas alternativas de prácticas de enseñanza”.

 El proceso de formación de los estudiantes futuros docentes, debe generar condiciones para el ejercicio de la responsabilidad de su propio proceso de formación. Admite oportunidades de elección y creación de un clima de responsabilidad compartida, donde las decisiones, incluidas las curriculares, puedan ser objeto de debate entre quienes participan en la institución para que se sientan miembros activos de una tarea propia y colectiva.

 En este sentido, se promueve una gramática curricular en la que se diversifiquen los espacios y experiencias formativas potenciadoras de la autonomía.

 El desarrollo del curriculum debe resignificar en el trayecto de formación el vínculo entre la escuela, el arte y el conocimiento.

 Así, los contenidos propuestos apuntan a una formación de docentes que abra espacios para investigar, para cuestionar y debatir el sentido de la práctica como espacio del aprender y del enseñar arte, en contextos cambiantes.